Qué absurdo y qué maravilloso pensar que estamos los tres conectados solo porque Séneca, tú y yo nacimos en el mismo hopital en Córdoba y María, tú naciste en Málaga, la ciudad dónde yo me he criado y he pasado más tiempo en mi vida, unos 22 años.

Yo no soy filósofa como vosotros, por eso me da vergüenza escribir sobre lo que escribísteis en tercera persona y explicar de forma superficial lo que dijísteis en otros países y ciudades que no eran ni Córdoba ni Málaga, y que yo ahora leo, desde Münster, otra ciudad, otro país, los tres en el exilio. Me viene a la mente lo disparatado que es poner una línea imaginaria o un muro en el suelo de un sitio y llamarlo de una manera y tener que atravesar esa línea imaginaria para ir al otro sitio en el que a lo mejor la única diferencia es que crecen otro tipo de árboles, si acaso, o que se hace de noche antes, como si no tuviéramos bastante con tener que mudarnos con lo puesto porque la situación es insostenible.

A veces tengo mucha curiosidad por saber si las cosas que escribísteis tienen algo que ver conmigo, si las crisis que vivísteis tienen paralelismos con las que yo vivo, pero me resulta más fácil y prestigioso ocupar mi tiempo leyendo a escritores y escritoras extranjeras porque lo propio, lo que sale del sitio que conoces muy bien a veces parece un poco pardillo o cutre. Por suerte existe la posibilidad de que la curiosidad gane aunque sea un poquito al miedo de sentir orgullo por lo tuyo sin querer ensalzar el absurdo de las fronteras y de lo nacional, lo que quiera que signifique eso en cada una de nuestras épocas. Es como tú dices, María, que «sólo puede renacer lo que está en una tradición aunque olvidada. Y lo que renace constituye algo tan firme que a veces podemos volvernos de espaldas a ello, casi, casi desdeñarlo».

Séneca, eres muy famoso en el mundo anglosajón en el siglo XXI. Tú que naciste en el año 4 a. C pensarás que vaya disparate. Pero sí, hay cientos de blogs y canales de Youtube hablando de tus ideas y del estoicismo, eres todo un influencer de la autoayuda. Me pregunto que pensarías de internet, tú que le decías a Lucilio en tus cartas que se concentrara en leer a pocos autores y no se dispesara, «en ningún lado está aquel que está en todos lados». Séneca, internet es una fantasía, de verdad.

María, me parece un poco mal llamarte por tu nombre de pila y no por tu apellido, como lo hago con Séneca. Pero a Séneca no lo conoce nadie por Lucio Anneo, así que perdóname, no quiero sonar condescendiente pero llamarte Zambrano suena un poco raro. Ahora la estación de trenes de Málaga lleva tu nombre, Estación Málaga-María Zambrano. Me imagino a mucha gente googleando tu nombre porque en el colegio no nos hablaron de ti ni un puñetero día y muchos pensarán que eres poetisa y no filósofa, lo que me da mucha pena y rabia. Después me acuerdo de que no debo esperar mucho del sistema educativo ni de un señor que ha estudiado filosofía pero que no tiene ganas de entusiasmarnos con nada y se me pasa el mal rato, porque he entendido que las riendas de mi educación las tengo yo, y ahora me he decidido a leerte y a estudiarte y eso es mucho mejor que un tema sobre ti en un libro de texto. Además, los eucaliptos del colegio me traen buenos recuerdos, su olor y lo pegajoso que dejaban el suelo.

Séneca, María escribió un libro sobre tu pensamiento vivo. Se llama «El pensamiento vivo de Séneca». Dice que «todo lo que pertenece al pasado necesita ser revivido, para que no detenga nuestra vida». Despúes de leer estos fragmentos del libro en un tumblr, que son todo lo que he encontrado porque el libro está descatalogado, me puse a procastinar porque yo lo que buscaba era otra cosa: lo que yo quería encontrar eran las lecciones que María Zambrano había tomado de ti, Séneca, lo que a ella le había ayudado para entonces poder escribir yo sobre lo que a nosotros nos podría ayudar hoy. Pero me encuentro con estas palabras tuyas, María, y empiezo a entender:

«Séneca vuelve sencillamente porque le hemos buscado, y no por la genialidad de su pensamiento, ni por nada que tenga que ofrecer al audaz conocimiento de hoy. Vuelve porque le hemos descubierto como en un palimpsesto debajo de nuestra angustia, vivo y entero bajo el olvido y el desdén.

Es pues, en virtud de una situación que estamos pasando, por lo que acude a nuestra memoria este su tesoro. La recordamos, volvemos hacia ella más bien como a una vieja casa abandonada donde nos sentimos seguros, y así la primera sensación que tenemos ante la actualidad, que es el primer momento de este género de Renacimientos, es de alivio, como de haber encontrado un segundo lugar, un posible retiro con el que no contábamos. Pero el segundo momento es de un cierto azaramiento, de inseguridad e inquietud, porque no sabemos con certeza qué significa este encuentro».

María, me parece tan absurdo que los libros se descataloguen. Que yo no pueda leer el libro que esribiste sobre Séneca. Y pienso en esa editora con toda su ilusión por publicarte a ti y a tus palabras. La veo chocarse fuerte con la montaña burocrática y con la carga de conciliar familia, el día a día, la casa, el trabajo, la vida. Tu libro de repente ya no se imprime más, porque la editora está cansada. Su marido tiene un buen trabajo así que mejor cerrar la editorial, que igualmente era un proyecto secundario. Los libros descatalogados son la mayor desilusión, son como el poder romano del que tú hablas, María:

«El hombre que vivía bajo el poder romano se sentía más huérfano y solitario, más angustiado que aquél que viviera antes de que Sócrates enseñara que la virtud puede enseñarse, es decir, que somos dueños de nuestro destino. Puesto que esto, el que la virtud depende de nosotros, nada remedia, si se quiere vivir acá abajo».

Escribiendo se solventan todos los problemas y los relíos de la mente. Escribir esta carta y entablar esta conversación con vosotros, amigo y amiga ausentes, me quita la vergüenza de no saber la suficiente filosofía como para escribir sobre vuestras ideas. Lo propio y lo tradicional ya no me parecen algo tan sucio como antes, no voy a dejar que el terror humano sea un obstáculo.

María, redescubrir a Séneca a través de tus palabras es la vuelta que estoy dando por no querer encontrarme con un Séneca superficial de autoayuda. Lo que está claro ahora es que yo venía buscando una cosa pero me encuentro con esta retirada de la que tú hablas, que me alivia y me explica mucho mejor lo que está pasando y por lo que estamos conectados nosotros tres:

«La resignación es, además y ante todo, un movimiento regresivo, una vuelta, una retirada, en lo que no es azar que Séneca sea el genio, pues en esto ha sido maestro el genio español. Una vuelta y una retirada hacia algo que se había abandonado por la esperanza; hacia una fe antigua y por ello abandonada; un regreso histórico. Suceso que suele ser síntoma, y muy claro, de crisis histórica».

Que sigáis bien,
Guía

La foto es de Kamila Maciejewska y la he sacado de Unsplash. Ahí dice que es Córdoba, pero en realidad es el Albaicín en Granada.

Escrito por:Guía Carmona

4 comentarios en “Querido Séneca, querida María:

  1. Hola, Guía:
    Te he conocido hace muy poco mediante este blog y a través de tu maravillosa traducción del libro de Ahrens.
    En el correo que generosamente nos mandas a tus suscriptores nos compartías tu nuevo proyecto. Conocer tu interés por la filosofía me motivó a hacer este comentario.

    Te comento en esta entrada porque es la más próxima a mi duda.

    Siempre he tenido inquietudes sobre mi perfil de lector activo (¿le estoy haciendo las preguntas correctas al texto?, ¿estoy relacionando conocimientos o sólo pregunto mecánicamente para cumplir con un programa?, etc.). Lo anterior se acrecienta al enfrentarme con textos más complejos: filosofía, crítica literaria y géneros académicos afines.
    Como comentas en la entrada, es difícil llegar a las ideas sin saber si estás llegando a ellas. ¿Cómo desgranar un libro denso?

    En el capítulo 10 de _El método Zettelkasten_ se proponen algunas estrategias de lectura para relacionarlas con el método. También en este blog has compartido algunas de éstas estrategias de lectura en función de la toma de notas.

    Pero me preguntaba qué hacer con los libros más densos. ¿Varías éstas estrategias de lectura?, ¿partes de algún esquema? y si es así, ¿podrás compartirlo o compartir bibliografía al respecto?

    Dejo por aquí la inquietud y aprovecho para desearte suerte y éxito en los nuevos proyectos.

    Saludos desde México.

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    1. Hola Sergio Luis:

      Muchas gracias por tu comentario y por tus palabras. Cuando escribí esta entrada en junio no tenía ni idea que un par de meses después iba a empezar un máster de filosofía. ¡La de vueltas que da la vida!

      Las preguntas que te haces al leer me son muy familiares porque ha sido a través de conocer metodologías como Zettelkasten cuando he empezado a hacerme preguntas sobre cómo leo y cómo interactúo con la información que consumo, así que se puede decir que soy «novata» en este campo. No obstante, en preparación para el máster, que empieza la semana que viene, me acabo de terminar este libro: https://www.goodreads.com/book/show/38311163-the-philosophy-student-writer-s-manual-and-reader-s-guide?from_search=true&from_srp=true&qid=fKwZMv2C9a&rank=1

      No me consta que esté traducido al español, aquí tienes un enlace a mi resumen del libro (en inglés) por si te interesa: https://www.notion.so/guiacarmona/The-Philosophy-Student-Writer-s-Manual-and-Reader-s-Guide-369e636d175d460190aee2c9c28b90cd

      Hay algunas cosas muy básicas al princpio, pero creo que nunca está de más volver a lo básico. Además, según mi experiencia las herramientas y las técnicas sencillas son las que suelen funcionar. También son de las que más dudamos, porque parecen poco sofisticadas.

      Bueno, lo que sea me comentas, gracias de nuevo por tu comentario y un abrazo desde Münster,
      Guía

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      1. Guía:
        Gracias por la bibliografía que compartes. Al ser un libro reciente, será fácil tener acceso a éste.

        También agradezco la referencia a tus notas sobre el libro. Me han sido muy útiles, y no sólo por el tema.
        Al tener una «radiografía», un ejemplo de la estructura de la nota, puedo afinar mejor la factura de las que llevo hechas.

        Seguiré pendiente del blog e indagando la forma de dar ese salto cuántico, de novatos a expertos.

        Sólo me resta desearte un gran inicio de máster.

        Saludos,
        Sergio Luis

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